La actividad investigadora y sus resultados son los principales impulsores del crecimiento de la ciencia, y destaca el relevante papel de las publicaciones científicas como parte de ese impulso, pues facilitan el contacto entre grupos de investigadores e investigadoras, la reorientación de líneas de investigación, la discusión entre posiciones de pensamiento diversas y la aparición de nuevas necesidades y retos de investigación1.
Se considera que la investigación en salud es un proceso sistemático, organizado y objetivo, destinado a dar respuesta a una pregunta y a ayudar a identificar y controlar los problemas de salud2. Este proceso permite conocer, explicar o confirmar una nueva situación o incertidumbre que, a su vez, puede generar nuevas hipótesis que también deben ser difundidas. Con este fin, se divulga la información generada por la investigación en publicaciones periódicas especializadas, certificadas y reconocidas.
La visibilidad de una revista, además de facilitar la lectura de sus contenidos, permite incrementar la atracción para los autores, ya que los investigadores seleccionan aquellas publicaciones que les permiten mayores posibilidades de crecimiento y reconocimiento profesional y hacen más accesible su trabajo y, por tanto, ofrecen mayores garantías de repercusión de sus artículos entre la comunidad científica. Además, algunas revistas, como la nuestra, ofrecen la posibilidad de alcanzar una mayor difusión de los contenidos a través de la inclusión en relevantes bases de datos, como el Directory of Open Access Journals (DOAJ), un directorio de revistas de acceso libre, que cumplen con estándares de alta calidad e incrementan la visibilidad.
En consecuencia, parece evidente que la investigación y la publicación del artículo científico son dos actividades íntimamente relacionadas. En ocasiones, algunas investigaciones se dan por finalizadas cuando se entrega el informe del estudio o cuando la investigación se presenta en una reunión científica. Sin embargo, la investigación científica debe finalizar, de hecho, con la publicación de un artículo en una revista científica, pues de esa forma su contribución pasará a formar parte del conocimiento científico. Incluso se ha afirmado que la publicación no es el fin de esa investigación, sino que es solo una parte de la misma, ya que a partir de estos resultados se suelen generar nuevas hipótesis y se continúa o se inicia una línea de investigación3. En cualquier caso, parece evidente que las publicaciones científicas ocupan un lugar destacado dentro de todo el proceso de la investigación en salud.
Revista Clínica de Medicina de Familia, consciente de su responsabilidad en la difusión del conocimiento científico generado por las personas que investigan en el ámbito de la Medicina de Familia, se ha implicado en la difusión de toda la actividad investigadora que se realiza en este ámbito. Aunque el artículo científico original, posiblemente, es el elemento más importante del que dispone una persona investigadora para comunicar sus estudios, no podemos olvidar otras formas de difusión de resultados; por ejemplo, las comunicaciones presentadas en congresos de investigación como los organizados por la Sociedad Española de Medicina de Familia y Comunitaria (semFYC). Así, en este número especial seguimos desempeñando la función de trasmitir las novedades de la investigación efectuada en Medicina de Familia, mediante la publicación de los resúmenes de las comunicaciones de investigación presentadas en los actos de la semFYC y de los proyectos y estudios presentados a las convocatorias de investigación de nuestra sociedad científica. El equipo editorial de Revista Clínica de Medicina de Familia está convencido de que una gran parte de los resúmenes publicados en este monográfico especial se convertirán en un futuro próximo en artículos científicos que se divulgarán en esta y otras publicaciones científicas de contrastada calidad.
Comité Editorial de Revista Clínica de Medicina de Familia